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jueves, 15 de enero de 2009

El peligro de otra gran guerra para enfrentar la depresión

Peter Dale Scott
Global Research

Traducido del inglés para Rebelión por Germán Leyens

El rescate financiero de Paulson
Está quedando claro que las medidas de rescate de fines de 2008 pueden tener consecuencias por lo menos tan graves para una sociedad abierta como la respuesta al 11-S en 2001. Muchos miembros del Congreso se sintieron presionados para que votaran contra sus inclinaciones, y dejaron de lado los procedimientos normales para la consideración sistemática de una ley.
La excusa para dejar de lado los procedimientos legislativos normales fue que se trataba de una emergencia. Pero una de las características reprensibles de la legislación que autorizaba al Secretario del Tesoro Henry Paulson a que permitiera que instituciones rescatadas utilizaran dinero público para exorbitantes salarios y bonificaciones, fue insertada por Paulson después de que la crisis inmediata había pasado.
Según el congresista Peter Welch (Demócrata de Vermont) la ley especificaba originalmente un límite para los salarios de ejecutivos, pero Paulson cambió el requerimiento a última hora. Welch y otros miembros del Congreso se enfurecieron ante “noticias de que los bancos que recibían rescates financiados por el contribuyente seguían pagando exorbitantes salarios, bonificaciones, y otras prestaciones.” (1). Además, como informó Associated Press en octubre: “El senador Charles Schumer, demócrata de Nueva York, cuestionó el que se permita que bancos que reciben dólares de rescate sigan pagando dividendos sobre sus acciones comunes. ‘Hay usos mucho mejores de los dólares del contribuyendo que seguir pagando dividendos a accionistas,’ dijo.” (2)
Aún más reprensible es que desde los rescates, Paulson y el Departamento del Tesoro se hayan negado a dar detalles de los gastos por el Programa de Ayuda a Activos Problemáticos de cientos de miles de millones de dólares, mientras la Reserva Federal de Nueva York se ha negado a suministrar información sobre su propio rescate que asciende a billones de dólares (utilizando préstamos respaldados por el gobierno). Esta falta de transparencia ha sido cuestionada por Fox TV en una demanda según la Ley de Libertad de la Información (FOIA) contra el Departamento del Tesoro, y una demanda de Bloomberg News contra la Reserva Federal. (3)
La legislación del rescate financiero de septiembre de 2008 fue aprobada sólo después que miembros de ambas cámaras del Congreso fueran advertidos de que si no actuaban se correría el riesgo de agitación civil y la imposición de la ley marcial.
El senador de EE.UU., James Inhofe, republicano de Oklahoma, y el representante Brad Sherman, demócrata de California, dijeron ambos que el Secretario del Tesoro de EE.UU., Henry Paulson, presentó un escenario del peor de los casos al presionar por el rescate de Wall Street en septiembre. Paulson, ex presidente de Goldman Sachs, dijo que podría incluso requerir una declaración de la ley marcial, señalaron. (4) 

Las declaraciones originales del senador Inhofe fueron:
Hablando en la radio hablada de Tulsa, Oklahoma, 1170 KFAQ, cuando se le preguntó quién estaba tras las amenazas de ley marcial y agitación civil si fracasaba la ley de rescate, el senador James Inhofe nombró al Secretario del Tesoro Henry Paulson como la fuente. “Alguien en Washington os estaba presentando una historia antes del rescate, una historia de que si no lo hacíamos íbamos a ver algo de la magnitud de la depresión, y que había gente hablando de que se instituyera la ley marcial, agitación civil… ¿Quién les decía esas cosas?, preguntó el presentador Pat Cambell, “Fue Henry Paulson,” respondió Inhofe. “Tuvimos una temprana llamada de conferencia, creo que fue el viernes – una semana y media antes de la votación el 1 de octubre. Así que habría sido a medio … eso fue – el 19 de septiembre tuvimos una llamada de conferencia. En esa llamada de conferencia – y me imagino que no hay motivos para no repetir lo que dijo, pero dijo – presentó ese cuadro que usted acaba de describir. Dijo: ‘Esto es serio. Es lo más serio que hayamos enfrentado.’” (5) 

El representante Brad Sherman (demócrata de California, distrito 27) informó de la misma amenaza en el hemiciclo del Congreso (el representante Sherman restó posteriormente algo de importancia a sus observaciones en el show Alex Jones):
“La única manera como pueden aprobar esta ley es creando una atmósfera de pánico. … A muchos de nosotros se nos dijo que el cielo se vendría abajo… A unos pocos incluso se nos dijo que habría ley marcial en EE.UU. si votábamos que no. Es lo que llamaría alarmismo, injustificado, que se demostró que era erróneo.” (6) 

De modo que es obvio que se usaron amenazas de ley marcial para que se aprobara esa reprensible legislación de rescate. También parece obvio que al Congreso se le habló de una amenaza de ley marcial, que no amenazaba en sí. Todavía es totalmente apropiado que se vincule una forma de hablar semejante con las acciones rápidas del Ejército por redefinir su papel como el de control del pueblo estadounidense, no de protegerlo. En una política constitucional basada en el equilibrio de poderes, vemos la aparición de un nuevo poder militar radical que hasta ahora no está equilibrado en absoluto.
El nuevo papel del Ejército en 2001: No la protección de la sociedad estadounidense, sino su control
Este nuevo papel para el Ejército no deja de tener precedentes. Los militares de EE.UU. habían estado entrenando a soldados y policías en “planificación para disturbios civiles” durante las últimas tres décadas. El plan maestro, Plan de Disturbios Civiles 55-2 del Departamento de Defensa, u “Operación Terreno de Jardín,” fue desarrollado en 1968 como reacción ante las grandes protestas y disturbios de los años sesenta.
Pero el 19 de enero de 2001, el último día del gobierno de Clinton, el Ejército de EE.UU. promulgó un nuevo Programa de Continuidad de Operaciones (COOP) nuevo y permanente. Encapsulaba su diferencia del precedente Sistema de Supervivencia, Recuperación y Reconstitución del Ejército (ASRRS) orientado externamente, como sigue:
En 1985, el Jefe de Estado Mayor del Ejército estableció el Sistema de Supervivencia, Recuperación y Reconstitución del Ejército (ASRRS) para asegurar la continuidad de misiones y funciones esenciales del Ejército.
La doctrina del ASRRS se concentraba primordialmente en la reacción en el peor de los casos, la amenaza de los años ochenta en un masivo caso nuclear contra CONUS [territorio continental de EE.UU., N. del T.] como resultado de una confrontación con la Unión Soviética. 

El fin de la Guerra Fría y la desintegración de la antigua Unión Soviética redujeron significativamente la probabilidad de un ataque nuclear de importancia contra CONUS pero la probabilidad de otras amenazas ha aumentado. Hay que preparar a organizaciones del Ejército para cualquier contingencia con un potencial para la interrupción de las operaciones normales.
Para subrayar que la planificación de la continuidad de las operaciones del Ejército ahora se concentra en el espectro pleno de todas las amenazas, el nombre “ASRRS” ha sido reemplazado por el título más genérico “Programa de continuidad de operaciones (COOP).” (7) 

Este documento incorporaba la planificación secreta de la Continuidad de Operaciones (COG) realizada en secreto por Rumsfeld, Cheney, y otros durante los años ochenta y noventa. (8) Esa planificación fue inicialmente para medidas de continuidad en el evento de un ataque nuclear, pero pronto llegó a prever la suspensión de la Constitución, no sólo “después de una guerra nuclear” sino para cualquiera “emergencia nacional de seguridad.” Esto fue definido en la Orden Ejecutiva de Reagan 12656 del 18 de noviembre de 1988 como “cualquier evento, incluyendo desastre natural, ataque militar, emergencia tecnológica, u otra emergencia, que degrade seriamente o amenace seriamente la seguridad nacional de EE.UU.” El efecto fue imponer a la sociedad civil interior las medidas extremas originalmente planificadas para una reacción a un ataque nuclear del exterior. (9)
De la misma manera, la Regulación ARR 500-3 aclaró que era un plan para “la ejecución de funciones esenciales para las misiones sin interrupción inaceptable durante una emergencia de seguridad nacional o interior.”
Donald Rumsfeld, quien como ciudadano privado había ayudado a escribir la planificación de la COG, firmó e implementó rápidamente la ARR 500-3 revisada. Ocho meses después, el 11-S, Cheney y Rumsfeld implementaron la COG, un evento significativo del que todavía no sabemos casi nada. Lo que sabemos es que comenzaron casi de inmediato los planes – tal como estaba prevista por la planificación de la COG en los años ochenta – para implementar la vigilancia y la detención sin mandato legal de grandes cantidades de civiles, y que en febrero de 2002 el Pentágono presentó una propuesta para desplegar tropas en las calles de EE.UU. (10)
Luego, en abril de 2002, funcionarios de la Defensa implementaron un plan para operaciones militares interiores en EE.UU. al crear un nuevo Comando Norte de EE.UU. (CINC-NORTHCOM) para EE.UU. continental. (11) En breve, lo que se estaba implementando eran las características más destacadas de la planificación de la COG en la que Oliver North había trabajado en los años ochenta.
Eventos insondables y cambios de partido en la Casa Blanca
Como tantos otros pasos significativos desde la Segunda Guerra Mundial hacia un Estado militar-industrial, la Regulación 500-3 del Ejército apareció en los últimos días de un gobierno saliente (en este caso directamente en el último día). Vale la pena señalar que, desde los años cincuenta, eventos dudosos – del tipo que he llamado eventos insondables – han marcado los últimos meses antes de un cambio de partido en la Casa Blanca. Esos eventos insondables han tendido a a) restringir a presidentes entrantes, si el que llega es demócrata, o alternativamente b) allanar el camino para el que llega, si es republicano.
Consideremos, en la primera categoría, lo siguiente (cuando un republicano ha sido sucedido por un demócrata):
En diciembre de 1960, la CIA obtuvo aprobación para la invasión de Cuba por la Bahía de Cochinos y escaló los eventos en Laos hacia una crisis por la cual los Jefes del Estado Mayor Conjunto propusieron el envío de 60.000 soldados. Esos eventos afectaron profundamente la postura del presidente Kennedy hacia Cuba e Indochina.
En 1976, el director de la CIA George H.W. Bush instaló una unidad de inteligencia externa, Team B, para ampliar drásticamente las estimaciones de la amenaza soviética contra EE.UU., frustrando y revirtiendo eventualmente la promesa del candidato presidencial Jimmy Carter de recortar el presupuesto de defensa de EE.UU. (12)
Igualmente importantes fueron eventos en la segunda categoría (cuando un demócrata fue sucedido por un republicano):
A fines de 1968, Kissinger, mientras asesoraba al gobierno de Johnson, pasó información secreta a la campaña de Nixon que ayudó a éste a obstruir el acuerdo de paz en Vietnam que estaba a punto de ser negociado en las conversaciones de paz que tenían lugar en Paris. (Según Seymour Hersh: “La campaña de Nixon, alertada por Kissinger al éxito inminente de las conversaciones de paz, pudo hacer llegar una serie de mensajes al gobierno de Thieu” en Saigón, dejando claro que una presidencia de Nixon ofrecería un acuerdo mejor. Fue un factor importante que aseguró la derrota del candidato demócrata Hubert Humphrey. (13) Kissinger no era el tipo de persona que habría traicionado a su presidente por su propia iniciativa personal. En aquel entonces, el jefe de campaña de Nixon, John Mitchell (uno de los pocos que compartían el secreto), dijo a Hersh que: “Pensé que Henry [Kissinger] lo hacía porque Nelson [Rockefeller] quería que lo hiciera. Nelson le pidió ayuda a Henry y él lo hizo.” [14]
En 1980, la así llamada Sorpresa de Octubre, con la ayuda de gente dentro de la CIA, ayudó a asegurar que los estadounidenses mantenidos como rehenes en Irán no fueran devueltos antes de la toma de posesión de Reagan. Fue un factor importante para asegurar la derrota del presidente titular Jimmy Carter (15). Una vez más, la influencia de los Rockefeller puede ser percibida. Un agente de la CUA informó más adelante que oyó a Joseph V. Reed, asistente de David Rockefeller, comentando en 1981 a William Casey, el recién instalado director de la CIA, sobre su éxito conjunto en la perturbación de los planes de Carter de traer a casa a los rehenes. [16]
Tanto el rescate financiero, obtenido de mala manera del Congreso como los preparativos escalados para la ley marcial pueden ser vistos como eventos transitorios de la primera categoría. Sean cuales sean las explicaciones para su oportunidad, limitarán la libertad de Obama para formular sus propias políticas. Temo además que puedan tener la consecuencia de llevar a este país a escaladas imprevistas de la guerra afgana.
Los intensivos preparativos silenciosos para la ley marcial
Tratemos primero los preparativos para la ley marcial. El 30 de septiembre de 2008, Army Times anunció el redespliegue de un Equipo de Brigada del Ejército activo de Iraq a EE.UU., en una nueva misión que “podría convertirse en parte permanente del Ejército activo”:
El Primer Equipo de Brigada de Combate [BCT] de la 3ª División de Infantería ha pasado 35 de los últimos 60 meses en Iraq patrullando con equipo de batalla completo, ayudando a restaurar servicios esenciales y escoltando convoyes de aprovisionamiento. 

Ahora se entrenan para la misma misión – con un giro imprevisto – en casa.
Desde el 1 de octubre, durante 12 meses, la 1ª BCT estará bajo el control diario del Ejército Norte de EE.UU., el componente de servicio del Ejército del Comando Norte, como fuerza federal de reacción disponible para emergencias y desastres naturales o causados por seres humanos, incluyendo ataques terroristas… Después de que la 1ª BCT termine su misión permanente, se espera que otra brigada en servicio activo, aún no identificada, se haga cargo y que la misión sea permanente… Podrán ser requeridas para ayudar con disturbios civiles y control de multitudes. (17) 

Este anuncio sobrevino dos semanas después del habla de disturbios y ley marcial que fue utilizada para crear pánico en el Congreso para que aprobara la legislación de rescate de Paulson. No sólo eso, los dos eventos sin precedentes se reflejan: el debate del rescate previó agitación civil y la ley marcial, mientras que el posicionamiento anunciado de una BCT activa en suelo estadounidense anticipó agitación civil (como podría resultar de la legislación de rescate).
Entonces, el 17 de diciembre de 2008, el jefe del Comando Norte de EE.UU., anunció que “Los militares de EE.UU. planifican la movilización de miles de soldados para proteger Washington contra un potencial ataque terrorista durante la toma de posesión del presidente electo Barack Obama.” (18)
La Academia de Guerra del Ejército de EE.UU. también ha planteado la posibilidad de que el Ejército de EE.UU. sea utilizado para controlar la agitación civil, según Phoenix Business Journal:
Un nuevo informe por la Academia de Guerra del Ejército de EE.UU. habla de la posibilidad de que recursos y tropas del Pentágono sean utilizados si la crisis económica llevara a agitación civil, como ser protestas contra empresas y el gobierno o corridas sobre bancos asediados.
“Una violencia civil generalizada dentro de EE.UU. obligaría al establishment de la defensa a reorientar sus prioridades in extremis para defender el orden interior y la seguridad humana,” dijo el informe de la Academia de Guerra. 

“El estudio dice que el colapso económico, el terrorismo y la pérdida del orden legal están entre los posibles choques interiores que podrían requerir acción militar dentro de EE.UU.” (19) 

Es evidente que ha habido un movimiento continuo en la dirección de preparativos para la ley marcial, una tendencia que ha sido tan continua como no anunciada. El senador Leahy tenía por lo tanto razón al atraer nuestra atención a este hecho el 29 de septiembre de 2006, en sus objeciones a la forma final de la Ley de Autorización de la Defensa Nacional del Año Fiscal 2008, que dio al presidente un mayor poder para llamar a la Guardia Nacional para mantener el orden.
“Debería preocuparnos a todos que el acuerdo de la Conferencia incluye lenguaje que subvierte estatutos sólidos, de larga trayectoria, de posse comitatus [Ley estadounidense de 1878, N. del T.] que limita la participación de las fuerzas armadas en el mantenimiento del orden, facilitando así que el presidente pueda declarar la ley marcial. Existen buenos motivos para la fricción constructiva en la ley existente cuando tiene que ver con declaraciones de la ley marcial. (20) 

Este silenciosa aglomeración de poder militar no sólo “sólo ha crecido”, por inadvertencia. Muestra una intención sostenida, incluso si nadie la ha defendido en público.
Cómo el gobierno de Bush protegió los préstamos depredadores y dejó que creciera la crisis financiera
Consideremos ahora la crisis financiera y el rescate por pánico. Nadie debiera pensar que la crisis no fue prevista. Ya en febrero, Eliot Spitzer, en uno de sus últimos actos como gobernador de Nueva York, advirtió sobre la inminente crisis creada por préstamos depredadores, y reveló que el gobierno de Bush estaba bloqueando esfuerzos del Estado por encararla. Vale la pena citar su extraordinaria advertencia, en el Washington Post, con cierto detalle:
“Hace varios años, procuradores generales del Estado y otros involucrados en la protección del consumidor comenzaron a notar un marcado aumento en una gama de prácticas de préstamos depredadores por parte de prestamistas hipotecarios… 

“Incluso a pesar de que los préstamos depredadores se estaban convirtiendo en un problema nacional, el gobierno de Bush hizo la vista gorda y no hizo nada para proteger a los propietarios de casas estadounidenses. De hecho, el gobierno prefirió alinearse con los bancos que estaban defraudando a los consumidores… Varias legislaturas estatales, incluyendo la de Nueva York, promulgaron leyes orientadas a refrenar semejantes prácticas… El gobierno de Bush no sólo no hizo nada para proteger a los consumidores, se embarcó en una campaña agresiva y sin precedentes para impedir que los Estados protegieran a sus residentes contra los problemas mismos ante los cuales el gobierno federal hacía la vista gorda. 

Dejen que explique. El gobierno logró su hazaña mediante una oscura agencia federal [del Tesoro] llamada Oficina del Contralor de la Moneda (OCC). La OCC ha existido desde la Guerra Civil. Su misión era asegurar la estabilidad fiscal de los bancos nacionales. Durante 140 años, la OCC examinó los libros de bancos nacionales para asegurar que cuadraban, una función importante pero no polémica. Pero hace unos pocos años, por primera vez en su historia, la OCC fue utilizada como instrumento contra los consumidores. 

En 2003, durante el apogeo de la crisis de los préstamos depredadores, la OCC invocó una cláusula de la Ley Bancaria Nacional de 1863 para publicar opiniones formales que invalidaban todas las leyes estatales sobre préstamos depredadores, convirtiéndolas en inoperantes. La OCC promulgó también nuevas reglas que impedían que los Estados impusieran cualquiera de sus leyes de protección del consumidor contra los bancos nacionales. Las acciones del gobierno federal eran tan indignantes y tan inauditas que todos los procuradores generales de los 50 Estados, y todos los superintendentes bancarios de los Estados, se opusieron activamente a las nuevas reglas. 

Pero la oposición unánime de los 50 Estados no disuadió, ni siquiera retardó, al gobierno de Bush en su objetivo de proteger a los bancos. De hecho, cuando mi oficina abrió una investigación de posible discriminación en los préstamos hipotecarios por una serie de bancos, la OCC interpuso una demanda federal para detener la investigación. (21) 

Eliot Spitzer presentó su opinión editorial al Washington Post el 13 de febrero. Si hizo un impacto, no fue el que esperaba Spitzer. El 10 de marzo el New York Times publicó la historia de un encuentro de Spitzer con una prostituta. Según un artículo posterior del Times, “el 13 de febrero [el día en el que la opinión editorial de Spitzer apareció en el sitio en la Red del Washington Post] agentes federales mantuvieron vigilado su hotel en Washington.” (22)
Es notable que los medios dominantes hayan considerado que la vida privada de Spitzer constituía una gran noticia, pero no sus acusaciones de que el Tesoro de Paulson estaba prolongando la crisis financiera, o la relación de esas acusaciones con la denuncia contra Spitzer. Como comentó un blog:
Los medios noticiosos de EE.UU. no hicieron la conexión evidente entre la extraña investigación del mantenimiento del orden federal y la campaña de filtración sobre la vida privada del gobernador Spitzer de Nueva York y el ataque total de Spitzer contra el gobierno de Bush por su colusión con prestamistas depredadores. 

Aunque el sistema de crédito internacional se paraliza por una superabundancia de malos préstamos hipotecarios hechos en EE.UU., los medios noticiosos no cubrieron los detalles de las acusaciones públicas de Spitzer contra la Casa Blanca. 

Sin embargo, cuando fueron filtrados detalles salaces sobre presuntos detalles de la vida privada de Spitzer, tomaron esa información y la convirtieron en noticia de primera plana durante días. (23) 

Después de la publicación de la opinión editorial de Spitzer, según Greg Palast, la Reserva Federal, “por primera vez en su historia, prestó a una camarilla seleccionada de bancos un quinto de un billón de dólares para garantizar los bonos chatarra de esos bancos respaldados por hipotecas. El diluvio de botín público fue un golpe de fortuna impresionante para los mismos depredadores bancarios que han llevado a dos millones de familias al borde de la ejecución hipotecaria.” (24)
¿Qué conclusión hemos de sacar de la acusación de Spitzer de que el gobierno de Bush interfirió para impedir leyes estatales contra los préstamos depredadores, y del hecho que los medios dominantes no informaran al respecto? Un motivo mezquino para la conducta de la OCC en 2003 puede haber sido que se permitiera que la burbuja de la vivienda continuara durante 2003 y 2004, facilitando así la reelección de Bush. Pero la persistencia posterior de la obstrucción del Tesoro, a pesar de la oposición unánime de todos los 50 Estados, y el continuo silencio de los medios sobre este desacuerdo, sugieren que puede haber estado en juego una intención política más amplia.
Impresionan las similitudes con el escándalo de Ahorros y Préstamos, que se permitió que continuara durante los años ochenta de Regan, mucho después de que se hizo evidente que la bancarrota deliberada estaba siendo utilizada por usureros inescrupulosos para amasar fortunas ilegales con lo que en última instancia era a costa del público. (25)
De la misma manera, la interminable burbuja de la vivienda de la actual década de Bush, y particularmente la burbuja de los derivados que fue flotada sobre ella, permitió que el gobierno de Bush ayudara a compensar el coste de más de un billón de dólares de su desaventura iraquí (26) creando valores espurios que se vendieron por cientos de miles de millones, no sólo en EE.UU. sino en todo el resto del mundo.
A la largo, no era una fuente sostenible de riqueza para la clase financiera de EE.UU., que ahora sufre como todos los demás por la recesión resultante. Pero a breve plazo, la crisis financiera y el rescate posibilitaron que Bush librara una guerra costosa sin experimentar el tipo de inflación debilitadora que fue producida por la Guerra de Vietnam de EE.UU.
La catástrofe del billón de dólares (27), en otras palabras, puede ser racionalizada como una ayuda para financiar la Guerra de Iraq. Cuando volvemos a los preparativos para la ley marcial, están siendo hechos en previsión de agitación civil en el futuro. ¿Por qué hay una preparación tan intensa para ella?
La respuesta obvia es, por supuesto, el recuerdo de los disturbios que ocurrieron en San Francisco y en otros sitios durante la gran depresión de los años treinta. Por cierto ese pensamiento debe haber prevalecido entre los que organizaron recientemente el redespliegue de una BCT de Iraq a EE.UU. Pero la planificación para la ley marcial en EE.UU. data de hace casi tres décadas, de los días en los que Reagan nombró a Rumsfeld, Cheney y otros para planificar en secreto lo que fue engañosamente llamado Continuidad [es decir, Cambio] de Gobierno. La preocupación por la recesión de 2008, no puede haber estado presente en sus mentes en aquel entonces, o en las de los que introdujeron el “Programa de Continuidad de Operaciones (COOP)” del Ejército el 19 de enero de 2001. En cambio, el “espectro completo de todas las amenazas” previsto en ese fue claramente un accesorio para la doctrina de “dominación de espectro completo” que había sido articulada en el plan de los Jefes del Estado Mayor Conjunto, Visión Conjunta 2020, rubricado ocho meses antes, el 30 de mayo de 2000. (28)
El interés de Cheney y Rumsfeld en la planificación de la COG, incluyendo la planificación para la ley marcial, también preveía la dominación de espectro completo. Esto queda en claro por su participación simultánea en los años noventa en el Proyecto por un Nuevo Siglo Estadounidense (PNAC). Los objetivos del PNAC fueron declarados de un modo muy explícito en su documento “Reconstruyendo las Defensas de EE.UU.”: aumentar los gastos en defensa para establecer la presencia militar de EE.UU. en todo el mundo como una potencia inatacable. Esto involucraría fuerzas permanentes de EE.UU. en Asia central así como el Este, incluso después de la desaparición de Sadam Husein.(29)
En breve el programa del PNAC era un plan para un imperio permanente de EE.UU. en el extranjero, un proyecto que se reconoció que no sería fácilmente aceptado por una democracia estadounidense. Su llamado reconoció francamente que sería difícil obtener apoyo para su proyecto de aumento en los gastos de defensa a un “nivel mínimo de 3,5 a 3,8 por ciento del producto interno bruto, agregando entre 15.000 y 20.000 millones de dólares anualmente a los gastos totales de defensa.” “El proceso de transformación,” admitió el documento, “será probablemente largo, salvo que haya algún evento catastrófico y catalizador – como un nuevo Pearl Harbor.” (30)
Existen por supuesto todos los motivos para esperar que la desastrosa era de Rumsfeld y Cheney esté a punto de terminar, con la elección de Barack Obama. Obama ha dejado en claro que seguirá una política exterior dedicada a la diplomacia y al multilateralismo. En este espíritu ha declarado su disposición a hablar con Irán sin condiciones previas.
Pero la razón declarada de Obama para la moderación ante Iraq – “La escala de nuestros despliegues en Iraq sigue postergando nuestra capacidad para terminar la lucha en Afganistán” (31) es de muy mal agüero. Pocos estudiantes serios de la escena afgana creen que EE.UU. puede “terminar la lucha en Afganistán,” de modo que sea en algo más exitoso que como antes pudieron hacerlo los rusos o los británicos. La posición de EE.UU. en ese país se deteriora visiblemente, mientras la estrategia estadounidense de ataques a través de la frontera tiene el efecto de desestabilizar también a Pakistán. El régimen de Karzai respaldado por EE.UU. tiene tan poco control sobre el campo que la propia Kabul ahora es atacada con cohetes. Expertos en el terreno están de acuerdo en que cualquier esfuerzo por “terminar” será una tarea a largo plazo que requiere por lo menos un participación vastamente escalada de tropas EE.UU. (32)
No se puede predecir el futuro, pero se puede examinar el pasado. Durante treinta años he estado escribiendo sobre la persistencia en EE.UU. de una mentalidad bélica que, una y otra vez, falsea políticas razonables de negociación, y nos acerca a conflictos armados. Esta forma de pensar dominante no se limita a alguna agencia o cábala en particular, sino es más bien el resultado probable de tensiones continuas entre halcones y palomas en la política interna de Washington.
Si se agita vigorosamente un contenedor de rocas y gravilla, la probabilidad es que la gravilla gravite hacia el fondo, dejando arriba las rocas más grandes. Existe una probabilidad análoga de que, en un debate continuo sobre involucrarse o retirarse de una contienda militar difícil, las fuerzas por el enfrentamiento se queden arriba, no importa cuáles sean las circunstancias. El poder militar disponible tiende a ser utilizado, y uno de los hechos más notables de la historia desde 1945 es que esta tendencia no se ha repetido hasta ahora con las armas atómicas.
Quisiera explicar esta metáfora en un detalle más completo. Las sociedades progresistas (en esta era, usualmente las democracias) tienden a expandir su presencia más allá de sus fronteras geográficas. Esa presencia expandida requiere nuevas instituciones, usualmente (como la CIA) libres de responsabilización democrática. Esta acumulación de poder no-responsabilizable, en lo que he llamado en otro sitio el Estado insondable, descompagina el sistema del Estado público de la división de poderes que es el fundamento de una política sana, deliberativa.
Deberíamos poder esperar de democracias progresistas que se desarrollaran hacia políticas exteriores más y más racionales. Pero por la dialéctica que acabo de describir, lo que vemos es exactamente lo contrario – la evolución hacia enfrentamientos estúpidos y a veces desastrosos. Cuando Gran Bretaña llegó a ser más democrática a fines del Siglo XIX, también inició la Guerra de los Bóer, una guerra muy adecuada para las necesidades imperiales privadas de Cecil Rhodes, pero irrelevante si no nociva para los intereses del pueblo británico, (33) Los sueños de Hitler de un Tercer Reich, que conllevaban una repetición de la aventura condenada al fracaso de Napoleón al corazón de Rusia, convenía a las necesidades de los industriales alemanes que habían financiado a los nazis, pero desde el comienzo, las cabezas sanas del estado mayor militar alemán pudieron prever el futuro desastre.
Durante más de un medio siglo, comenzando con Vietnam, fuerzas irresponsables han estado maniobrando a EE.UU. hacia aventuras insostenibles en el continente asiático. Ahora sabemos que Kennedy nunca quiso comprometer a tropas de combate estadounidenses en Vietnam (34) Pero la planificación fatal para expandir la Guerra de Vietnam hacia el norte del paralelo 17 fue autorizada en la última semana de su abortada presidencia, probablemente sin que lo haya sabido. (35) Cuando fue elegido, Jimmy Carter estaba determinado a reducir el tamaño y la frecuencia de las operaciones clandestinas de la CIA. (36) Sin embargo, su consejero nacional de seguridad, Zbigniew Brzezinski, inició maniobras en Afganistán que llevaron a la mayor operación clandestina de la CIA (y a mi juicio, una de las más nocivas) de todos los tiempos. (37)
Nuestros historiadores de archivo todavía no han comprendido enteramente ninguna de esas paradojas, ni las fuerzas tras ellas. Y como dijo brillantemente el filósofo George Santayana: “Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo.” (38)
El futuro: ¿Escalada militar en el exterior y en casa?
Como Kennedy y Carter, Barack Obama es una compleja mezcla de cualidades esperanzadoras y deprimentes. Entre estas últimas está su deseo incompetente de “terminar” (es decir, “terminar”) la guerra en Afganistán, y su apoyo, junto con la de su partido, para la versión final del rescate de Paulson. A mi juicio van juntos.
Como la resolución negociada por el gobierno del escándalo de ahorros y préstamos de los años ochenta, el rescate financiero gravó indisimuladamente la riqueza pública de la república para proteger e incluso enriquecer a los que por cierto tiempo se habían estado enriqueciendo inmerecidamente. Izquierdistas de la vieja guardia no podrán ver nada inusual en esto: se ajusta a su análisis de cómo ha funcionado siempre el Estado capitalista.
Pero es sólo característico del Estado estadounidense desde la revolución de Reagan de los años ochenta. Antes de esa época, era más probable que las políticas gubernamentales fueran dirigidas hacia la ayuda a los pobres; después la ideología del liberalismo de libre mercado, incluso bajo Clinton, fue invocada de numerosas maneras para enriquecer a los ricos.
El resultado de esas políticas gubernamentales ha sido resumido por el profesor Edward Wolff:
“Hemos tenido un aumento bastante agudo en la desigualdad de la riqueza desde 1975 o 1976. Antes de eso, hubo un prolongado período en el que la desigualdad de la riqueza descendió en este país, llegando casi a 1929. Así que tenemos esa continua tendencia a la disminución desde 1929, que desde luego fue el pico del mercado bursátil antes de que se derrumbara, hasta casi mediados de los años setenta. Desde entonces, las cosas han cambiado realmente, y el nivel de desigualdad de la riqueza es hoy casi el doble de lo que era a mediados de los años setenta… 

“Hasta comienzos de los años setenta, EE.UU. tenía realmente una menor desigualdad de la riqueza que Gran Bretaña, e incluso que un país como Suecia. Pero las cosas han cambiado realmente durante los últimos 25 o 30 años. En los hechos, varios países han tenido una disminución de la desigualdad de la riqueza con el pasar del tiempo. EE.UU. es atípico porque esa desigualdad ha aumentado de modo tan agudo durante los últimos 25 o 30 años. (39)” 

Excesos pasados de riqueza estadounidense, como en la Época Dorada, y en los años veinte, han sido seguidos por reformas políticas, como el impuesto a los ingresos, para reducir la disparidad en la riqueza y los ingresos. Pero como ha advertido Kevin Phillips, este tipo de reforma debe volver a tener lugar pronto, o no tendrá lugar en absoluto:
A medida que comienza el Siglo XXI, el desequilibrio de la riqueza y la democracia en EE.UU. es insostenible… O se debe renovar la democracia, y que la política sea reanimada, o la riqueza probablemente consolidará un régimen nuevo y menos democrático – la plutocracia con otro nombre. (40) 

Si se le juzga según este criterio, el rescate de Paulson tal como fue aprobado no fue sólo una oportunidad perdida; fue un salto radical en la dirección equivocada. No es reconfortante que el rescate haya sido aprobado con el apoyo de Obama y del Partido Demócrata. Es más bien una señal de que la plutocracia no será seriamente cuestionada por ninguno de los dos partidos en su estado actual.
Warren Buffett puede haber tenido razón cuando dijo que el rescate era necesario. Pero no es difícil pensar en reformas que deberían haberlo acompañado:
Debería haber habido transparencia, no secreto
No deberían haber puesto a disposición fondos públicos para bonificaciones o dividendos (El 10 por ciento más rico de los estadounidenses poseen un 85% de todas las acciones). (41)
Y como se discute un rescate para la industria automotora, otras dos reformas parecen ser obvias:
Cualquier reducción en los ingresos no debería afectar sólo a los trabajadores, sino también a todos los niveles de empleados
Como ha sido frecuentemente sugerido, debiera establecerse un límite legal en cualquier industria para la máxima ratio de la mayor remuneración a la menor – tal vez una ratio de veinte a uno.
No estoy haciendo estas sugerencias evidentes con la menor esperanza de que vayan a ser aprobadas o discutidas seriamente. La corrupción plutocrática de ambos partidos hace que una perspectiva semejante sea casi impensable.
Lo que quiero considerar es la grave perspectiva de guerra. EE.UU. escapó de la depresión de los años noventa del Siglo XIX con la Guerra Hispano-Estadounidense. (42) Sólo escapó a la Gran Depresión de los años treinta con la Segunda Guerra Mundial. Incluso hubo una recesión a fines de los años cuarenta de la que EE.UU. sólo escapó con la Guerra de Corea. Al enfrentar de nuevo el riesgo de una depresión importante, creo que inevitablemente enfrentamos el peligro de otra gran guerra.
Mientras tanto, algunos aspectos de la catástrofe financiera, aunque aparecieron por numerosas razones y no fueron el resultado de alguna cábala conspirativa, pueden ser prolongados por su utilidad para los que están orientados hacia la guerra. Consideremos que, desde la perspectiva de mantener el empuje imperial de EE.UU. hacia Afganistán (e incluso Pakistán), la crisis financiera ha tenido algunas consecuencias deseables:
El valor del dólar frente a otras monedas internacionales, especialmente el euro, ha mejorado, mejorando así la balanza de pagos de EE.UU. y también contrarrestando la amenaza al importante papel del dólar como unidad primordial de comercio internacional.
Gracias al determinado mercadeo internacional de derivados sobrevaluados basados en préstamos depredadores, la crisis financiera internacional resultante ha sido internacionalizada, y las economías por doquier sufren choques aún mayores que EE.UU. Esto ha mejorado relativamente la capacidad de EE.UU. de financiar un gran esfuerzo bélico en el extranjero (que siempre ha tenido un impacto importante en la balanza de pagos de EE.UU.).
El precio del petróleo se ha derrumbado de 147 dólares por barril en julio pasado a menos de 40 dólares, debilitando así las economías de Rusia, China, y especialmente Arabia Saudí, el país cuyas fundaciones internacionales han estado apoyado a al Qaeda.
La situación afgana es sombría, pero no desesperada. Dos observadores expertos, Barnett R. Rubin y Ahmed Rashid, han propuesto una solución política para toda la región que prometería mayor seguridad para toda el área que la mal estudiada propuesta de Obama de enviar 20.000 soldados estadounidenses más. (43) En boca de Rashid:
El presidente electo Obama y los dirigentes occidentales tienen que adoptar un enfoque exhaustivo que vea toda la región [con los vecinos de Afganistán, incluidos Pakistán, India, Rusia, China, Irán, y los antiguos Estados soviéticos] como una unidad con temas entrelazados de desarrollo que tienen que ser resueltos como la pobreza, el analfabetismo y los sistemas de gobierno débiles. Tiene que ser un enfoque más exhaustivo pero más sutil a la democratización de la región y que se obligue a partes interesadas poderosas pero negativas en las estructuras de poder local – como las mafias de la droga, a cambiar su modo de pensar o a ser eliminadas. (44) 

El que observadores con un estatus tan reconocido ofrezcan una solución política sensata no me llena de mucho optimismo. Durante tres décadas Barnett Rubin ha estado dando consejos sanos sobre Irán y Afganistán a Washington, sólo para que sean ignorados por los que cabildean por operaciones clandestinas y soluciones militares. Esta dialéctica recuerda la Guerra de Vietnam, en la que durante más de una década se ignoraron de la misma manera propuestas razonables para desmilitarizar el conflicto.
Repito que el futuro es impredecible. Pero temo que se imponga la propuesta de Obama de enviar 20.000 soldados más, con sus consecuencias predecibles de una guerra más amplia en Afganistán y Pakistán. (45) Con esto, temo un incremento del uso del Ejército de EE.UU. para controlar protestas del pueblo estadounidense.
Espero ardientemente que mis temores sean equivocados. El tiempo lo dirá.

NOTAS
1. WCAX, Burlington, Vermont – 22 de diciembre de 2008, http://www.wcax.com/Global/story.asp?S=9567271. Cf. CNBC, 30 de octubre de 2008, http://www.cnbc.com/id/27423117: “`Le pueden pagar 30 millones de dólares bajo este programa,’ dice
Michael Kesner, quien dirige la práctica de compensación de ejecutivos de Deloitte Consulting. ‘No hay límite en lo que le pueden pagar’”
2 John Dunbar, AP, 25 de octubre de 2007, http://biz.yahoo.com/ap/081025/meltdown_evolving_bailout.html.
3.David Hirst, “Fox joins battle cry for details of US bail-out,” BusinessDay, 24 de diciembre de 2008, http://www.businessday.com.au/business/fox-joins-battle-cry-for-details-of-us-bailout-20081223-74eh.html?page=-1.
4 http://phoenix.bizjournals.com/phoenix/stories/2008/12/15/daily34.html.
5. http://www.blacklistednews.com/news-2367-0-13-13--.html.
6. Rep. Brad Sherman, en la Cámara, 8:07 EST PM, 2 de octubre de 2008, http://www.youtube.com/watch?v=HaG9d_4zij8&NR=1. El representante Sherman publicó posteriormente la siguiente aclaración: “No tengo motivos para pensar que ninguno de los dirigentes en el Congreso quienes estuvieron involucrados en negociaciones con el gobierno Bush respecto a la ley de rescate hayan mencionado alguna vez la posibilidad de ley marcial – de nuevo, fue sólo un ejemplo de comentarios extremos y deliberadamente hiperbólicos que se transmitían por miembros que no participaban directamente en las negociaciones.” Cf. Rep. Sherman on Alex Jones show, http://www.youtube.com/watch?v=_bH1mO8qhCs. .
7 Army Regulation 500-3, Emergency Employment of Army And Other Resources, Army Continuity Of Operations (COOP) Program, http://www.wikileaks.org/leak/us-army-reg-500-3-continuity-2001.pdf,. Cf. Tom Burghardt, “Militarizing the `Homeland’ in Response to the Economic and Political Crisis: NORTHCOM's Joint Task Force-Civil Support,” GlobalResearch, 11 de octubre de 2008, http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=10534 .
8 Peter Dale Scott, The Road to 9/11: Wealth, Empire, and the Future of America (Berkeley and Los Angeles: University of California Press, 2007), 183-87; cf. James Mann, The Rise of the Vulcans: The History of Bush’s War Cabinet (New York: Viking, 2004), 138-45,
9 Scott, The Road to 9/11, 183-87.
10 Ritt Goldstein , “Foundations are in place for martial law in the US,” Sydney Morning Herald, 27 de julio de 2002, http://www.smh.com.au/articles/2002/07/27/1027497418339.html.
11 Peter Dale Scott, The Road to 9/11, 240-41.
12 Scott, The Road to 9/11, 60-61.
13 Robert Parry, “Henry Kissinger, Eminence Noire,” ConsortiumNews, 28 de diciembre de 2008, http://www.consortiumnews.com/2008/122808.html: “Kissinger, … – mientras servía como asesor de las conversaciones de paz para el gobierno Johnson – obstruyó las conversaciones de paz posiblemente mediante contactos secretos con gente que trabajaba para Nixon, según el libro de Seymour Hersh de 1983 The Price of Power [p. 21].
14 Hersh, Price of Power, 18. Cf. Jim Hougan, Spooks: The Haunting of America (New York: William Morrow, 1978), 435: “Kissinger, casada con una antigua asistente de Rockefeller, propietario de una mansión en Georgetown cuya adquisición sólo fue posibilitada por regalos y préstamos de Rockefeller, siempre fue el protegido de su benefactor, Nelson R[ockefeller], incluso si no fue empleado directamente por él.”
15 Scott, The Road to 9/11, 93-118.
16 Scott, The Road to 9/11, 82-87, 91, 104-05.
17 “Brigade homeland tours start Oct. 1,” Army Times, 30 de septiembre de 2008, http://www.armytimes.com/news/2008/09/army_homeland_090708w/. Cf. Michel Chossudovsky, “Pre-election Militarization of the North American Homeland, US Combat Troops in Iraq repatriated to `help with civil unrest,’"GlobalResearch, 26 de septiembre de 2008, http://www.globalresearch.ca/index.php?context=va&aid=10341.
18 Agence France-Presse, 17 de diciembre de 2008, http://www.google.com/hostednews/afp/article/ALeqM5iTBOy3JF8pVAthIthq8C1NrMf4Cg.
19 http://phoenix.bizjournals.com/phoenix/stories/2008/12/15/daily34.html.
20 Remarks Of Sen. Patrick Leahy, National Defense Authorization Act For Fiscal Year 2007
Conference Report, Congressional Record, 29 de septiembre de 2006, http://leahy.senate.gov/press/200609/092906b.html.
21 Eliot Spitzer, “Predatory Lenders' Partner in Crime: How the Bush Administration Stopped the States From Stepping In to Help Consumers,” Washington Post, 14 de febrero de 2008; A25, http://www.washingtonpost.com/wp-dyn/content/article/2008/02/13/AR2008021302783.html?nav=hcmodule. Tres meses antes, el 8 de noviembre de 2007, el gobernador Spitzer y el Procurador General de Nueva York Andrew Cuomo habían publicado una carta conjunta al Congreso, “llamando a una continua acción federal para combatir prácticas de préstamos de alto riesgo” (http://www.state.ny.us/governor/press/1108071.html).
22 David Johnston and Philip Shenon, “U.S. Defends Tough Tactics on Spitzer,” New York Times, 21 de marzo de 2008.
23 “Why Eliot Spitzer was assassinated: The predatory lending industry had a partner in the White House,” Brasscheck TV, marzo 2008, http://brasschecktv.com/page/291.html.
24 Greg Palast, “Eliot’s Mess: The $200 billion bail-out for predator banks and Spitzer charges are intimately linked,” Air America Radio’s Clout, 14 de marzo de 2008,
http://www.gregpalast.com/elliot-spitzer-gets-nailed/
25 Sin sugerir que el escándalo haya sido de alguna manera orquestado o dirigido de manera central, puede argumentarse que se permitió que el escándalo se prolongara porque permitía que beneficios del narcotráfico ilegal recapitalizaran la economía estadounidense y fortalecieran al dólar asediado.
26 Joseph E. Stiglitz and Linda J. Bilmes, The Three Trillion Dollar War: The True Cost of the Iraq Conflict (New York: W.W. Norton, 2008). Cf. Joseph Stiglitz and Linda Bilmes, “The three trillion dollar war,” The Times (London), 23 de febrero de 2008, http://www.timesonline.co.uk/tol/comment/columnists/guest_contributors/article3419840.ece: “En la víspera de la guerra, hubo discusiones sobre los probables costes. Larry Lindsey, asesor económico del presidente Bush y jefe del Consejo Económico Nacional, sugirió que podrían llegar a 200.000 millones de dólares. Pero este cálculo fue descartado como “estupidez” por el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld. Su adjunto, Paul Wolfowitz, sugirió que la reconstrucción en la posguerra podía pagarse por sí sola con el aumento de los ingresos del petróleo. Mitch Daniels, director de la Oficina de Administración y Presupuesto, y el Secretario Rumsfeld calcularon los costes en el área de 50.000 a 60.000 millones de dólares, una porción de los cuales creían que serían financiados por otros países. (Haciendo ajustes por la inflación, en dólares de 2007, estaban proyectando costes de entre 57.000 y 69.000 millones de dólares.) El tono de todo el gobierno era displicente, como si las sumas involucradas fueran mínimas.”
27 Charles R. Morris, The Trillion Dollar Meltdown: Easy Money, High Rollers, and the Great Credit Crash (New York: PublicAffairs, 2008).
28 Joint Vision 2020, http://www.dtic.mil/jointvision/jvpub2.htm; Scott, The Road to 9/11, 20, 24. “La dominación del espectro completo” repitió lo que había sido esbozado antes en un documento predecesor: “
Joint Vision 2010” de 2005, pero con nuevo énfasis en la declaración de que “EE.UU. debe mantener sus fuerzas de presencia en el extranjero” (Joint Vision 2020, 6). Cf. Joint Vision 2010, 4, www.dtic.mil/jv2010/jvpub.htm: “Seguiremos siendo en gran parte una fuerza que se basa en EE.UU. continental.”
29 Project for the New American Century, Rebuilding America’s Defenses, http://www.newamericancentury.org/RebuildingAmericasDefenses.pdf; Scott, The Road to 9/11, 23-24, 191-93.
30 Rebuilding America’s Defenses, 51, 75.
31 “War in Iraq,” BarackObama.com, http://www.barackobama.com/issues/iraq/ .
32 See e.g. Andrew Bacevich, Newsweek, December 8, 2008, http://www.newsweek.com/id/171254: “En Afganistán actual, EE.UU. y sus aliados están utilizando los medios equivocados para realizar la misión equivocada. Enviar más tropas a la región, como han sugerido que deberíamos hacer el presidente Barack Obama y otros, sólo convertirá la Operación Libertad Duradera en la Operación Obligación Duradera. Afganistán será un sumidero, que consumirá recursos que ni los militares de EE.UU. ni el gobierno de EE.UU. pueden darse el lujo de derrochar.” Cf. PBS, Frontline, “The War Briefing,” 28 de octubre de 2008, http://www.pbs.org/wgbh/pages/frontline/warbriefing/view/.
33 Para el papel de la incursión Jameson promovida por Rhodes en la instigación de la Guerra de los Bóer, vea Elizabeth Longford, Jameson’s Raid: The Prelude to the Boer War (London: Weidenfeld and Nicolson, 1982).
34 Gordon M. Goldstein, Lessons in Disaster: McGeorge Bundy and the Path to War in Vietnam (New York: Times Books/Henry Holt, 2008).
35 John Newman, JFK and Vietnam: Deception, Intrigue, and the Struggle for Power (New York: Warner Books, 1992), 375-77, 434-35, 447; Peter Dale Scott, The War Conspiracy: JFK, 9/11, and the Deep Politics of War (Ipswich, MA: Mary Ferrell Foundation Press, 2008), 25-26, 28.
36 Ofira Seliktar, Failing the Crystal Ball Test: The Carter Administration and the Fundamentalist Revolution in Iran (Westport, CN: Praeger, 2000), 52.
37 Brzezinski alardeó posteriormente de que su “operación secreta fue una excelente idea. Atrajo a los rusos a la trampa afgana.” (“Les Révélations d’un ancien conseiller de Carter,” entrevista con Zbigniew Brzezinski, Le Nouvel Observateur, 15-21 de enero de 1998, http://www.globalresearch.ca/articles/BRZ110A.html; versión francesa:
http://www.confidentiel.net/breve.php3?id_breve=1862; citado in extenso en Peter Dale Scott: “Drugs, Oil, and War: The United States in Afghanistan, Colombia, and Indochina” (Lanham, MD: Rowman & Littlefield, 2003), 35). Para mi evaluación negativa de lo que algunos han descrito como la operación clandestina más exitosa de la CIA, vea “The Road to 9/11,” 114-37.
38 George Santayana, Life of Reason, Reason in Common Sense (New York: Scribner's, 1905), 284.
39 Edward Wolff, “The Wealth Divide: The Growing Gap in the United States Between the Rich and the Rest,” Multinational Monitor, May 2003, http://www.thirdworldtraveler.com/America/Wealth_Divide.html. Cf. Edward Wolff, Top Heavy: The Increasing Inequality of Wealth in America and What Can Be Done About It (New York: New Press, 2002).
40 Kevin Phillips, Wealth and Democracy: A Political History of the American Rich (New York: Broadway Books, 2002), 422; citado en Scott, The Road to 9/11, 3.
41 Wolff, “The Wealth Divide.”
42 Respecto a la “política amplia” de McKinley como respuesta a la depresión, vea Philip Sheldon Foner, The Spanish-Cuban-American War and the Birth of American Imperialism, 1895-1902 (New York: Monthly Review Press, 1972).
43 Barnett R. Rubin and Ahmed Rashid, “From Great Game to Grand Bargain: Ending Chaos in Afghanistan and Pakistan,” Foreign Affairs, noviembre/diciembre de 2008, http://www.foreignaffairs.org/20081001faessay87603-p40/barnett-r-rubin-ahmed-rashid/from-great-game-to-grand-bargain.html.
44 Ahmed Rashid, “Obama's huge South Asia headache,” BBC, 2 de enero de 2009, http://news.bbc.co.uk/2/hi/south_asia/7788321.stm,
45 Cf. Zia Sarhadi, “America's "good war" turns into quicksand,” MediaMonitors, 5 de enero de 2009, http://usa.mediamonitors.net/content/view/full/58114: “El anuncio de Obama de enviar a 20.000 soldados adicionales a la ‘guerra buena’ en Afganistán ha sido saludado con regocijo por los talibanes. Lo consideran como una oportunidad de atacar a un ‘ejército más grande, un objetivo más grande y nuevas armas relucientes que arrebatar a los soldados de juguete.’ Los generales estadounidenses han hablado en términos de entre 40.000 y 100.000 soldados adicionales, niveles que simplemente no hay disponibles. La matanza por EE.UU. de cientos de civiles afganos en ataques aéreos indiscriminados ha sido el instrumento de reclutamiento más efectivo para los talibanes. Incluso los afganos que no desean que los talibanes vuelvan al poder están horrorizados por el nivel de brutalidad infligido contra civiles.”
Peter Dale Scott, ex diplomático canadiense y profesor de inglés en la Universidad de California, Berkeley, es poeta, escritor, e investigador. Su libro más reciente es: “The War Conspiracy: JFK, 9/11, and the Deep Politics of War”. Puede ser pedido a Mary Ferrell Foundation Press en http://www.maryferrell.org/wiki/index.php/MFF_Store . Su sitio en la Red es: http://www.peterdalescott.net. 

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