Las suspensiones de pagos se triplican

Las empresas de los sectores inmobiliario y construcción llevan la peor parte

Agencias/Rebelión

La crisis, de la que muchos afirman que aún tiene recorrido y no ha mostrado toda su crudeza, se ceba con fuerza en las empresas, especialmente las constructoras e inmobiliarias. El año pasado se publicaron en el Boletín Oficial del Estado (BOE) 2.864 concursos de acreedores, casi el triple de los registrados el año anterior (1.015), según datos recopilados por la consultora PriceWaterhouse-Coopers (PWC). En concreto, el aumento porcentual fue del 182%.
La situación de quiebra afectó en mayor medida a los sectores inmobiliario y construcción, que aglutinaron el 38% de los concursos publicados. El primero pasó de 74 a 387, un 423% más, mientras que la construcción pasó de 182 quiebras a 692, lo que supuso un crecimiento del 280%.
El derrumbe de las ventas de pisos y la caída generalizada del consumo «han puesto contra las cuerdas a muchas compañías», señala PWC, que destaca también que en el último trimestre de 2008 se han puesto en marcha más concursos que en todo 2007. Lo preocupante del avance de las insolvencias es que junto a los grandes concursos, como el de Martinsa-Fadesa, aparecen centenares que afectan a pequeñas empresas, sobre todo en negocios vinculados de alguna manera al ladrillo.
La automoción, uno de los sectores más afectados por la crisis, es el otro gran perdedor, con un incremento en el número de concursos del 79% interanual. Las familias también se declaran en quiebra, aunque hay que recordar que nunca por una sola deuda (como la hipoteca, por ejemplo) sino más bien por su vinculación a algún negocio en calidad de avalistas o garantes. En 2008, fueron 417 las personas físicas declaradas en concurso de acreedores, lo que supone un repunte interanual del 253% respecto a 2007.